domingo, 14 de abril de 2013

Finales sorpresa para historias que nunca comenzaron

Hacía más de un año que había salido con Andrés, pero las cosas no funcionaron y ella apareció, así que yo salí del camino. Un día tranquilo, de repente me saludó de nuevo; esa noche iríamos de rumba a celebrar el cumpleaños de una amiga. De un hola, cómo vas? pasó a te puedo contar algo? terminé con mi novia, puedo contar contigo? 

Qué ocurre en esos casos? Una voz interior nos dice: esa historia ya la superaste, tú puedes ofrecerle tu amistad sin problema, no hay riesgo de nada porque él ha sido honesto en que no quiere estar contigo... error!!! ahí he debido prender las alarmas, si mi voz decía "él no quiere estar contigo", eso solo significaba que yo aún sí quería estar con él, y entonces las cosas comenzarían mal. Creía que iba a tener todo bajo control, a pesar del deseo latente de tener una nueva oportunidad.

Era fácil predecir que terminaríamos saliendo a comer, bailar y alguna noche empezaríamos de nuevo a dormir juntos, no sin que antes Andrés advirtiera: No creo que sea bueno para ti que esto pase, tú luego te enredas la cabeza. De nuevo mi mente respondió rápidamente: Cómo se te ocurre! Yo tengo todo muy claro, sé que tú y yo no queremos estar juntos, solo pasar el rato.

Una noche se convirtió en muchas más, vinieron luego paseos, tardes, mañanas, cine y fiestas. Yo irradiaba felicidad. Ante mis amigos mostraba  que, por fin, yo había superado el pasado. Nunca hablamos de lo que sentíamos o de lo que estaba pasando; desconozco sus ideas, pero yo pensaba que era mejor no hablar, porque con las palabras podría llevar rápidamente a que él me recordara que desde el comienzo, todo estaba claro y entre los dos no había nada. Así que mantenía calladita mi voz interior, solo le contaba a algunas de mis amigas lo que ocurría y ante los ojos de los demás, silencio y una sonrisa, porque "yo estaba bien".

Un día mis amigas me enfrentaron, les conté todo, mis temores, mis autoengaños, mi ilusión, mi frustración. Esa noche con unas copas de vino me hablé francamente, fui capaz al hablar con ellas de reconocer que me estaba mintiendo, que acepté una no-relación cuando moría de ganas por estar con aquel personaje, y que, como era también predecible, el final vendría pronto... y así ocurrió (eso será tema de otra historia, aquí quiero contar el reencuentro).

Meses más tarde recibí una llamada de Andrés: hola! vas al cumpleaños de Carolina esta noche? podemos vernos antes? qué tal un café? Mi corazón se quedó en suspenso, de qué se trataba esto? Me cambié los jeans por el vestido de la noche, con unos zapatos más casuales y algo de maquillaje, sutil para horas de la tarde.

La charla comenzó con un Eva, yo te quiero mucho, tú eres muy importante para mi, mientras yo escuchaba sin decir palabra tratando de anticiparme a su siguiente frase. Eva, estoy preocupado, hace unos días me encontré con alguien en la calle y me preguntó cuándo nos íbamos a casar. Mi sorpresa fue mayor, ahora sí: de qué se trataba esto?!

Esa tarde pude decirle todo lo que sentía sin que se quebrara mi voz. Durante los meses que salimos, no era capaz de decirle nada ni siquiera a mis amigas, porque sabía que las cosas no eran lo que yo deseaba. Tú no querías estar conmigo y aunque eso me doliera y yo me negara a aceptarlo, lo sabía muy en el fondo de mi corazón. Puedo asegurarte que si alguien me hubiera preguntado si tú y yo estábamos juntos, por puro orgullo, lo habría negado, pues no habría estado dispuesta a que me vieran como una de tus chicas (era la verdad, durante ese tiempo, él salía conmigo y otras cuantas más). Yo quise estar contigo, pero ya no, nunca más. Aún no sé lo que quiero, pero sí sé lo que no quiero y eso eres tú.

Salimos del café, me llevó de regreso a mi casa y antes de bajar del carro le dije: Yo también te quiero mucho. Adiós!

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